Las del gimnasio femenino por allá, y los del gimnasio moderno por acá, es la tradición y lo que nos hace auténticos. Es bueno juntos pero no revueltos. Esas ideas democráticas las respeto pero en este específico caso no comparto. Va contra el sentimiento y el pensar de los fundadores. Nada tengo contra las bellas mujeres que nos procrearon, madres, hermanas, primas, señoras......etc., etc. Pero aquí la cosa se refiere a un hecho que ya arrima a los cien (100) años, y ahora se nos quieren meter al rancho. La ausencia del elemento femenino responde al espíritu, al deseo y al querer de los fundadores, que desde su profunda sabiduría así lo concibieron, y eso debemos respetar. Las mujeres dejémoslas en el femenino que allá están bien. Dios salve al moderno si se les ocurre traerlas a las clases, ya esto no será el gimnasio moderno, sino otra cosa, que no puedo imaginar bien. Es bueno no estarlas viendo todo el tiempo, se requiere espacio libre, independiente para formar nuestra personalidad, sin la interferencia del elemento femenino opinando de esto y de lo otro. A ellas las amamos, respetamos, les compartimos nuestras tristezas y alegrías, pero cada cual en su nicho, de lo contrario vamos a transformar este clásico pero moderno colegio, en otro más de los millones de colegios que hay en el mundo. Eso nos haría perder nuestra identidad, lo que nos caracteriza de los demás, lo que nos hace únicos, distintos e irrepetibles. No es machismo, es la defensa de un principio, de un fundamento, de un a priori, puro, que sale del fondo de nuestro espíritu gimnasiano.
FRANCISCO JAVIER VELASCO VÉLEZ
GIMNASIO MODERNO_69